martes, 15 de junio de 2010

La sangría del pequeño comercio, es la sangría de todos

Hay héroes, como los de la calle San Andrés, que van tirando. Pero casi todos vivieron tiempos mejores. Los centros comerciales golpearon a la tienda de barrio y la crisis ha acabado por darles la puntilla. Pero hay un hueco para la esperanza. La imaginación y la atención personalizada, la formación de los trabajadores, o la exclusividad, es el camino, o la travesía del desierto, según se mire, que deben atravesar quienes se arriesgan a abrir una tienda. Los lamentos no dan de comer. Como la unión hace la fuerza, los vendedores de A Coruña han decidido celebrar la primera asamblea general de toda su historia. Allí habrá vendedores de tomates y de discos, de zapatos y de ruedas. Son la tela de araña que sostiene a la ciudad. No estaría mal que los políticos, los que cada cuatro años dicen escucharan sus argumentos y sus demandas. En la supervivencia del ultramarinos de la esquina está la supervivencia de toda la sociedad.

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